Niños y avance tecnológico

Frente al vertiginoso avance tecnológico al que se enfrentan nuestros niños de hoy, he estado buscando más herramientas para hablar con los padres con respecto al cuando es el momento adecuado para permitirles a los niños  tener a acceso a las diferentes tecnologías que se nos presentan cada día. Y me enfoco en las tecnologías porque parece todavía más natural y conocido por todos,  los momentos adecuados para la alimentación, los ritmos de sueño, el tipo de ropa que deben usar, etc. Yo me considero una persona bastante abierta  y con la disposición a aprender sin cerrarme a una sola cosa, es decir aunque soy profesora Waldorf y comparto plenamente la antroposofía, no me considero dogmatica y leo mucho también de otros autores que no tienen nada que ver directamente con la pedagogía Waldorf o la antroposofía, pero que al igual que todos nosotros,  están en la búsqueda constante del conocimiento, y son un gran aporte desde su mirada e investigación. Lo más importante en la educación de los niños no es el QUE sino el CUANDO, y creo que es allí donde nos perdemos la mayoría de educadores,  ya que frente a muchas decisiones con respecto a los niños  nos apuramos o nos atrasamos. La naturaleza ha sido sabía al respecto y nuestros abuelos también, ya que seguían sus ritmos innatos; pero hoy día en las grandes ciudades, donde estamos rodeados de poca naturaleza y  convivimos con luz artificial, sonidos artificiales, comemos comida artificial, etc, nos desorientamos y no sabemos que hacer. Hay mucha literatura Waldorf que habla de la importancia del ritmo en los niños, la buena alimentación,  espacios naturales para jugar, respetar los procesos de cada uno, etc. Sin embargo siento que hay poco escrito (o al menos traducido) sobre el tema de la tecnología. Yo en mi experiencia dentro de la sala de clase he podido ver lo que hace las televisión y los videojuegos en los niños, frente a más horas expuesto a la tv y a los videojuegos  un niño,  más nervioso, inquieto y desvitalizado  se torna, además de disminuirse su capacidad creativa y de memoria; en cambio, los niños que no han estado expuestos a esto en sus primeros 10 años, son  muy creativos, tienen una gran memoria llena de imágenes y su vitalidad es sorprendente. Pero esto es algo que yo y muchos otros colegas hemos visto y no está respaldado por estudios, así que algunos padres que lo escuchan y les hace sentido hacen la prueba en sus casas y miran lo que pasa con sus hijos. Obviamente que así como es importante que los niños no tengan acceso al televisor, ni computador en los primeros años, es muy importante que los jóvenes alrededor de los 14 años si lo tengan, ese es el CUANDO. Bueno para no extenderme más, quiero compartir algunos apuntes del libro de El cerebro digital del neurobiólogo Gary Small, que encuentro muy interesantes: “A medida que el cerebro evoluciona y sitúa su punto de mira en las nuevas destrezas tecnológicas, se aleja de habilidades sociales fundamentales, como las de leer la expresión facial durante la conversación o la de captar el contexto sentimental de un gesto sutil.” “Los jóvenes que hoy tienen entre diez y veinte años, y a quienes se ha apodado los “nativos digitales” no han conocido un mundo sin ordenadores, sin noticias por televisión las 24 horas del día, sin internet y sin teléfonos móviles. Muchos de estos nativos raramente entran en una biblioteca, y mucho menos buscan algo en cualquier enciclopedia; utilizan Google, Yahoo y otros buscadores on-line. Las redes neuronales de los cerebros de los “nativos digitales” difieren muchísimos de las del cerebro de los “inmigrantes digitales” las personas que llegaron a la edad digital/informática ya de adultas.” “El proceso de  extender las redes neuronales en nuestro cerebro empieza en la infancia y sigue a lo largo de toda la vida”. “ Para que podamos pensar, sentir y movernos, es necesario que las neuronas o células cerebrales se comuniquen entre sí. A medida que  van madurando, las neuronas sacan abundantes ramas, o dendritas, que reciben las señales de los largos cables, o axones, de las células cerebrales vecinas. La cantidad de conexiones celulares, o sinapsis, que se produce en el cerebro humano llega a su nivel superior ya en los primeros años de vida. A los dos años, la concentración de sinapsis alcanza su máximo en la corteza frontal, cuando el peso del cerebro del niño es casi el del adulto. En la adolescencia estas, sinapsis se recortan en más o menos un 60%, para luego estabilizarse en la madurez. Gracias a la existencia de tantas conexiones neuronales posibles, nuestro cerebro ha evolucionado para protegerse del “exceso de cableado”, y para ello ha desarrollado una selectividad para que sólo entre un pequeño subconjunto de información. El cerebro no puede funcionar de forma eficaz con demasiada información”. “ Los estudios demuestran que el entorno en que vivimos moldea también la forma y función de nuestro cerebro, y lo puede hacer hasta un punto sin retorno. Sabemos que el desarrollo normal del cerebro humano requiere una exposición equilibrada al estímulo medioambiental y al contacto humano”. Aunque puede parecer que la exposición a las nuevas tecnologías produce un impacto mucho más sutil, sus efectos estructurales y funcionales son profundos, en particular en el caso del cerebro joven, extremadamente plástico”.