» Pues la auténtica verdad no es la verdad, sino el error superado. Y la verdadera realidad no es la realidad, sino la ilusión superada. Y la verdadera pureza no es la pureza original, sino la impureza purificada. Y la verdadera bondad no es la bondad primigenia, sino el mal superado. Esto es válido para todo el universo, también para los dioses. Pues en el proceso en el que el mal se transforma, puede desarrollarse algo que en el principio no estaba contenido en el bien. Al crear Dios las fuerzas opositoras, se obligó a sí mismo a manifestar su esencia más profunda de una manera diferente a la que hubiera logrado sin ellas»
Friedrich Benesch