Nazareth Castellanos nos cuenta como en esta revolución científica se está pudiendo medir la influencia que tiene el corazón en nuestra percepción. Estamos dejando de poner el cerebro en el centro y dando lugar al cuerpo desde la ciencia, muchas otras disciplinas desde la antigüedad ya le habían dado ese lugar al cuerpo, al movimiento, a la respiración, a la alimentación y a la meditación, pero ahora lo está haciendo la ciencia moderna con las últimas investigaciones y esto conlleva a seguir conociéndonos más profundamente como seres humanos que piensan, sienten y actúan.
Nazareth con fuerza, entusiasmo y claridad nos habla de la sincronización de nuestros cerebros y nuestros corazones y de esta búsqueda de la ciencia poder responder a la pregunta » ¿Dónde está la conciencia?»
Desde la pedagogía Waldorf Steiner planteaba que el maestro educa más por lo que es que por lo que sabe. Desde la experiencia personal he podido ver como el cerebro y los corazones de los niños y jóvenes se sincronizan con el de su maestro y hay algo invisible, más allá de las palabras, que se transmite a través de esa sincronización.
Como madre también está muy claro, que dependiendo de cómo estoy, estará mi hijo y por eso cuando un hijo está desregulado, enojado o inquieto, lo primero que hay que hacer es uno mismo regularse, centrarse, y desde ese centro, esa calma propia, podremos contener y ayudar a regular a nuestro hijo, hija o quien tengamos cerca y lo necesite.